Solo uno de los 200 millones de espermatozoides que como máximo pueden emanar de una eyaculación consigue fecundar al óvulo. Aparte de ser un buen nadador hay otro atributo que lo convierte en el triunfador de la fecundación.
La proteína ZP2 es la responsable de la interacción entre el óvulo y el espermatozoide en humanos y ratones. El gameto masculino debe reconocer este péptido en la membrana porosa del óvulo para atravesarlo y fecundarlo.
Uno de los laboratorios de los Institutos Nacionales de Salud (NIH. por sus siglas en inglés) caracterizó este péptido en un artículo publicado hace dos años en The Journal of Cell Biology. Hasta entonces no estaba claro cuál de las cuatro glicoproteínas que merodean el óvulo se amarraba al espermatozoide.
Ahora el mismo equipo de investigación ha desarrollado unas esferas rebozadas con esta proteína, que se presentan hoy en la revista Science Translational Medicine después de que los NIH las hayan patentado. SEGUIR LEYENDO.