Más allá del lenguaje hablado, los seres humanos disponemos de un amplio abanico de recursos comunicativos que entran en juego en nuestras relaciones sociales cotidianas y nos ayudan a construir los mensajes y a darles forma. La riqueza de estos recursos es sorprendente. El lingüista italoamericano Mario Pei calculó que las personas somos capaces de producir hasta 700.000 signos diferentes entre gestos, expresiones faciales y otros movimientos que añaden significado y contexto a nuestras palabras.
Son diversas las disciplinas que se han interesado por el estudio de este código no verbal: la etología, la antropología, la psicología, la psiquiatría, la sociología y, más recientemente, la neurociencia. A través de los hallazgos de todas ellas, este libro analiza algunos de los aspectos más relevantes de la comunicación no verbal, como la expresión facial de las emociones, el lenguaje corporal, las distancias que necesitamos para interactuar cómodamente con otras personas y la forma en la que hablamos.